La
mayoría de
las veces es difícil mirar a la vida de frente. La realidad puede ser dura si la afrontamos como de verdad hay que
hacerlo. La realidad es que no queremos ver la realidad. Cuando algo que nos
ocurre realmente nos importa le damos vueltas y vueltas al asunto para
encontrar alguna explicación pero ¿Acaso
hay alguna verdad en todo eso? ¿Acaso,
finalmente, vamos a encontrar una solución? La realidad es que no, nos hacemos miles de
preguntas únicamente
para unir todos los puntos del mapa que nos lleven al lugar donde queremos
estar, que nos den la respuesta que queremos escuchar. La realidad es que creamos problemas y circunstancias
pura y exclusivamente para evitar la realidad, para no asumir que la respuesta ante todo está en frente de nuestros ojos y, irreversiblemente, no
es lo que queríamos
ver.
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